«Quiero estudiar y trabajar para salir adelante»

Laila tenía sólo quince años cuando dejó su casa de Fez , en Marruecos, donde vivía sola con su abuela porque su madre tenía que trabajar en otra ciudad.

«Yo estaba con mi abuela, sola, no estudiaba, estaba en casa nada más, y pensé en venir a España, empezar otra vida, empezar de cero», cuenta esta joven menuda de pelo negro rizado que tiene 19 años, aunque parece una niña.

Laila es junto a Oumaima y Yasmin una de las chicas que apoyamos a través del proyecto Xena que Asimas impulsa junto a Málaga Acoge para favorecer la emancipación de mujeres provenientes del sistema de protección de menores.

«No pude convencer a mi madre para que me dejara, pero decidí irme. Pensé que era mejor ir a buscarme la vida en otro sitio donde pudiera formarme porque la que se queda ahí en Marruecos al final acaba casándose», cuenta sentada en la terraza de Casa Asimas donde vive desde hace un mes.

«Aquí en España tenemos más derechos. Allí hay mucho machismo, no estás segura. Estás en la calle con miedo. No puedes vestir la ropa que quieras, no tienes esa libertad«, agrega.  

Laila estudia por las tardes el primer curso de enseñanza para adultos en el IES Vicente Espinel (Gaona) y un par de días a la semana hace voluntariado en Cudeca, colaborando en dos de sus tiendas de ropa de segunda mano en Málaga: «Un día me ponen en caja, otro día en el almacén. Me gusta. Hace más de tres meses que estoy con ellos».

Si le preguntas qué quiere llegar a ser, Laila contesta que «desde que era chica» siempre ha querido trabajar como azafata de vuelo. «Pero primero tengo que prepararme un poquito, estudiar y buscarme un trabajo donde pueda conseguir un sueldo para salir adelante», afirma en un español que ha aprendido «sin estudiar, nada más por la calle».

Antes de llegar a casa Asimas Laila estuvo once meses en un piso de mayoría de edad en Cártama después de pasar por un centro de menores en Torre del Mar donde ingresó cuando llegó a Málaga en 2018. Reconoce que tuvo miedo cuando se acercaba la mayoría de edad de no tener un lugar donde vivir. «Para los chicos hay más recursos, pero para nosotras no hay muchos. A veces nos encontramos en la calle, sin nada«, se lamenta.

Laila valora su estancia en el centro de menores, pero reconoce que «no te preparan» para lo que viene después. «Estás estudiando pero salimos fuera y no sabemos nada. Me daba miedo cumplir 18 años porque no sabía dónde iba a ir. No tenía claro si me iban a dar un piso o no, siempre nos decían que no había plazas y nosotras teníamos suerte si lo conseguíamos». 

Antes de llegar a Málaga, estuvo un año entero en un centro de menores de Melilla donde llegó en 2017. Estaba sin documentos que acreditasen su edad y las pruebas oseométricas determinaron que tenía 17 años: «Cuando llegué a Melilla no tenía documentos y allí te hacen una prueba de los huesos y te dan la edad. Ellos me dieron 17 años y yo tenía 15. No podía traer mis papeles y al final me hicieron una residencia de 18 años. Era una niña de 18 años, pero tenía 15«.

Cuando Laila llegó a Málaga no conocía a nadie y le atendieron en Puerta Única. «Ellos vieron que no tenía pasaporte ni ningún documento de Marruecos. Me vieron chica y les conté que no tenía 18 años, así que pidieron los papeles a Marruecos y entre Puerta Única y Málaga Acoge me ayudaron a hacer el pasaporte que decía mi edad de verdad». Así pude entrar en el centro de menores de Torre del Mar.

Laila sabe que los jóvenes como ella no lo tienen fácil para abrirse camino. «Nos dan unos papeles (la residencia) sin permiso de trabajo y nos piden un contrato de un año a jornada completa para renovarla. Y eso nos cuesta mucho conseguirlo. Es muy difícil para nosotras las niñas y para los niños«.

Cuenta que desde que está en Casa Asimas está muy bien tanto con las compañeras como en los educadores.

Suele hablar con su madre. «Ella me echa de menos», dice, «pero nada más de escuchar mi voz sabe que estoy bien».

El proyecto Xena Acompañamiento a mujeres procedentes del sistema de protección de menores cuenta con el apoyo de la Fundación «la Caixa».