Lo que más llama la atención nada más llegar es las dimensiones del edificio, una construcción antigua y elegante de líneas rectas con gruesos muros encalados muchas veces, incluso en algunas zonas hay ladrillo original al descubierto, lo que nos da una idea de la cantidad de tiempo que lleva esta casa levantada.
Parte de este bonito proyecto se financia a través del área de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Málaga y de la Consejería de Igualdad, Políticas Sociales y Conciliación a través de su Delegación Territorial en Málaga.
La primera bienvenida la da un cartel colorido que es una clara declaración de intenciones, todos y todas somos bienvenidos en esta casa, no importan las diferencias y además todos y todas estamos aquí en un lugar seguro.
A su vez que se ve como una construcción robusta y protectora también se observan amplios ventanales, una gran cristalera a modo de pecera, desde la que se puede ver y ser visto, un símil con las situaciones que se ven en el día a día en nuestro hogar, como personas en riesgo de exclusión social miran a la sociedad y como la sociedad las mira, a veces a través de una especie de cristal que es como una pantalla que protege a ambos del contacto real y las relaciones sociales. Para mí el propio edificio y la entrada misma tiene bastantes connotaciones al respecto.
El suelo tiene dos zonas una de cemento, y otras de pequeñas piedras que hacen dibujos a forma de mosaico y que recuerdan también a la zona en la que nos encontramos tan cerquita del mar mediterráneo.
Desde la misma puerta podemos observar la naturaleza en forma de vegetación, tenemos un macetero con una palmera que va buscando desde su rinconcito entre el muro y la cristalera, sobre el suelo de piedras hacía arriba la luz del sol. Bien nos puede servir de metáfora de lo que es el paso por nuestra casa para los y las usuarias. Un camino hacía la luz y la salida del punto en el que se encuentran ellos y ellas. Se ve a la izquierda, un naranjo sembrado en la tierra sobre el suelo de piedra que protege a unas pilistras que crecen a sus pies
Si miramos más a la izquierda entrevemos vegetación que no sabemos si sigue siendo parte de la casa …pronto lo descubriremos.
La bienvenida a la casa nos la da un perro apacible y tranquilo que vive feliz desde hace bastante tiempo aquí. Un perro que fue acogido por la casa de ASIMAS, donde conoce a muchas personas que por ella pasan buscando su autonomía y su inserción en la sociedad.
Conforme entramos a la casa vemos que los techos son altos y señoriales, toda ella es acogedora. Los espacios son amplios y luminosos, las paredes blancas y hay un gran salón donde hacer convivencia entre los y las usuarias y las trabajadoras. Se observa una mesa rectangular de madera enorme con unos arcos al final llenos de luz que invitan a salir al porche con otra gran mesa. Descubrimos un maravilloso jardín de esparcimiento con el que cuenta la casa, con plantas ornamentales así como árboles y pequeños caminos que nos llevan a descubrir el estanque. Zonas de sombra donde resguardarse de los rigores del sol en verano. Hay una zona de cemento con una canasta donde poder practicar deporte al aire libre y rodeado de la frondosa vegetación del jardín.
De la parte superior de la casa se destaca la luz, los amplios ventanales y dos estancias:
Noelia De Arcos
Prácticas Orientación Laboral 2022
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2 Comments
Me gustaría ingresar mi currículum en la oferta de trabajo de integradora social y no encuentro como postularme
Buenas tardes! puedes mandar tu curriculum a info@asima.org